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Conoce lo ocurrido en nuestro pasado evento CAU Punta Cana 2024, donde profesionales de la salud en Urología se reunieron para compartir experiencias, establecer conexiones valiosas y explorar las últimas tendencias del sector.
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Somos la Sociedad Dominicana de Urología (SDU), una institución científica-gremial, sin fines de lucro, que agrupa a todos los Urólogos de República Dominicana, con un fin común y directrices definidas para favorecer el fiel ejercicio de la Urología.
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Estos cambios serán autorizados primero con el doctor que lo solicita y luego con la directiva de SDU.
“Deseo expresar de manera publica mi gratitud al equipo de trabajo que me acompaña en esta nueva directiva 2024–2026, hombres y mujeres que se entregan competentemente a defender, cumplir y hacer cumplir nuestros reglamentos. ¡me honra ser parte este gran equipo!
Sin el trabajo y dedicación de mis predecesores esta entidad no sería lo que es hoy, por eso quiero reconocer el gran esfuerzo de haber llevado nuestra sociedad a alcanzar niveles excepcionales, en este sentido, para mí es un privilegio suceder a líderes tan destacados, los cuales me motiva a asumir el compromiso de seguir construyendo sobre los cimientos sólidos que han establecido.
La urología es una disciplina en constante evolución, y nuestro deber es adaptarnos a los desafíos cambiantes de la medicina moderna. En este nuevo capítulo, nuestro enfoque se basará en fomentar la colaboración y la comunicación entre todos los miembros de la sociedad. Creo firmemente en la fuerza de la unidad, y juntos podemos lograr avances significativos en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades urológicas.
Nos comprometemos a implementar programas educativos de formación continua que mantengan a nuestros miembros actualizados con las últimas innovaciones y avances científicos, buscaremos de esta manera fortalecer nuestras alianzas con instituciones médicas nacionales e internacionales para intercambiar conocimientos y experiencias que enriquezcan nuestra práctica profesional. Lo que nos compromete a la creación de una plataforma de investigación científica con el fin de fomentar la realización de trabajos científicos, guías de investigaciones, revista física y digital. Esto permitira a todos los miembros de la sociedad obtener las actualizaciones necesarias para la tan esperada recertificacion.”
Dra. Katia M. Garcia
Presidente SDU 2022-2024
MADRID, ESPAÑA.
(Tu nombre)
Ave. de Jose Garate 9, Almacen WHS/ CICA
(Tu código SDQ)
Coslada, Madrid, 28823
España
GUANGZHOU, CHINA.
(Tu nombre)
NO.15-1 of Lane 3 , Group 1, JiuHu Village, Huadong Town,
(Tu código SDQ)
Guangzhou, Guangdon, Huadu District, 510800
China
MIAMI, FL, EEUU.
(Tu nombre)
8300 NW 14th St
(Tu código SDQ)
Doral, Florida, 33126
United States
La incontinencia urinaria es una disfunción del suelo pélvico que hace referencia a la pérdida involuntaria de orina, que puede ser demostrada objetivamente y constituye un problema médico y social importante. Puede ser de URGENCIA, ESFUERZO o MIXTA.
Es la pérdida involuntaria de orina acompañada o inmediatamente precedida por una urgencia o repentino deseo de orinar, que no puede ser controlado con facilidad.
Las causas de la incontinencia de urgencia pueden ser: infección del tracto urinario, inflamación vesical (cistitis), cáncer o cálculos en vejiga, estenosis de uretra, agrandamiento prostático, prolapso de órganos pélvicos (cistocele), alcohol y cafeína, sobrehidratación, estreñimiento, medicamentos, problemas cerebrales o nerviosos, lesión de nervios como a raíz de una lesión de la médula espinal.
Se define como la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico que provoca un aumento de la presión abdominal (como por ejemplo toser, reír, correr, estornudar...).
Según el tipo de incontinencia urinaria que padezca el paciente existen diferentes manejos que pueden incluir terapias conservadoras como cambios en el estilo de vida, ejercicios y terapia de fortalecimiento del piso pélvico dirigida por especialista y medicación oral, o terapias invasivas que van desde manejos quirúrgicos de diferentes tipos hasta la implantación de tecnología que ayuda a controlar la vejiga.
Si bien la incontinencia urinaria es un diagnóstico clínico, es decir que es suficiente con lo que los pacientes cuentan en la consulta para diagnosticarlo, existen algunos estudios específicos que le ayudan al urólogo a caracterizar mejor el cuadro y a tomar decisiones con respecto al manejo. La urodinámica es un estudio en donde es posible conocer el funcionamiento de la vejiga y la uretra durante la micción.
También llamado evaluación urodinámica, es un examen que tiene como objetivo demostrar la función del tracto urinario inferior. En términos prácticos, muestra si la vejiga logra cumplir su función: almacenar orina a baja presión y proporcionar adecuado vaciamiento (micción normal).
La urodinamia puede indicarse en determinadas circunstancias:
Aumento del tamaño prostático (evalúa la presencia de obstrucción al flujo urinario por la próstata, así como la fuerza de contracción de la vejiga).
Incontinencia urinaria: ayuda a determinar la causa de la pérdida de orina, si está asociada a la urgencia (vejiga hiperactiva) o pacientes con lesiones neurológicas (vejiga neurógena), deficiencia del esfínter.
Niños con mielomeningocele.
Infecciones urinarias recurrentes.
Descartar trastornos obstructivos funcionales (disinergia detrusor-esfínter).
Prolapso de órganos pélvicos.
El síndrome de vejiga hiperactiva es un trastorno urinario que se caracteriza por aumento de las veces en que el paciente orina, sensación de urgencia para orinar, aumento de las micciones nocturnas. En algunos casos se puede acompañar de escapes de orina involuntarios asociados al deseo urgente de orinar.
Puede no tener una causa clara en la mayoría de los pacientes. Entre las posibles causas relacionadas pueden estar: enfermedades neurológicas, el crecimiento prostático en el hombre, la obesidad, enfermedades como la diabetes, prolapso de los órganos pélvicos (vejiga-recto), entre otros.
Si bien es un diagnóstico más frecuente en la población femenina, no es exclusivo, los pacientes varones pueden padecerla a cualquier edad.
El síndrome de vejiga hiperactiva si bien puede tener un tratamiento muy efectivo, es importante saber que no es posible su cura definitiva, el tratamiento generalmente se acompaña de cambios importantes en el estilo de vida de los pacientes, medicamentos o terapias de mayor invasión. En el caso de una causa relacionada, será valioso el manejo de la condición asociada para lograr el control de los síntomas urinarios.
El principal factor de riesgo para que se presenten cálculos en las vías urinarias es la deshidratación o baja ingesta de líquido. En países como el nuestro ubicado en el trópico, y con muchas áreas donde se vive en temperaturas elevadas, hay muchos casos de cálculos. No hay una medida específica de cuánto líquido debe tomar una persona diariamente, ya que esto depende de su hábito corporal, de la temperatura del sitio donde vive y de su actividad física.
Usted podría hacerse una idea de su estado de hidratación, viendo el color de su orina. De esta forma, la orina de color claro se asocia con una buena ingesta de líquido, y la de color muy amarillo o concentrado, con una cantidad insuficiente.
Dietas altas en sal y proteínas (cárnicos en general, independientemente de si es roja o blanca), también se asocian con producción de cálculos. Por otro lado, la obesidad y condiciones como la diabetes se relacionan con ambientes ácidos y favorecen la formación de cálculos de ácido úrico.
Las cirugías bariátricas restrictivas (bypass), cirugías intestinales complejas, diarreas crónicas, tumores benignos de la glándula paratiroides, ciertos medicamentos, entre otros, generan pérdida de ciertas sustancias a través de la vía urinaria favoreciendo la formación de cálculos.
No. Muchos pueden salir solos.
La posibilidad de expulsión espontánea depende, en términos generales, del tamaño y la ubicación que tengan los cálculos. Cuanto más cerca se encuentren de la vejiga y la uretra, mayor será la probabilidad de ser expulsados de forma espontánea.
El tamaño es un factor fundamental: entre más pequeño, mayor será la probabilidad de ser expulsado por sí solo.
Otras razones para optar por operar y extraer un cálculo pueden ser un dolor que no responde a los analgésicos, el vómito persistente, el deterioro de la función renal y la infección concomitante.
En cálculos de gran tamaño puede indicarse también el manejo quirúrgico, así como en pacientes con riñón único o cálculos en ambos lados, debido al riesgo de deterioro agudo de la función renal.
Los cálculos no siempre duelen; la aparición del dolor dependerá del sitio en el que se “atascan” los cálculos en la vía urinaria, lo que generalmente ocurre en los segmentos en donde el uréter es anatómicamente más estrecho.
Al atascarse, la orina no puede drenarse de forma efectiva en dirección hacia la vejiga, llevando a su acumulación y haciendo que el riñón y su cápsula se distiendan, estimulando la aparición del dolor en la región lumbar.
Diferentes remedios caseros se han descrito en la tradición popular, entre los que se encuentran el consumo de cerveza caliente en ayunas, los cuales no tienen mayor respaldo científico y no se recomiendan.
Por otro lado, el consumo abundante de líquidos orales podría incrementar la posibilidad de expulsión espontánea de los cálculos urinarios.
No. Si bien es cierto que la inmensa mayoría de cálculos están compuestos por alguna sal de calcio, se ha demostrado que restringir los lácteos en la dieta no tiene ninguna utilidad.
La principal fuente de este mineral esencial en el cuerpo es la dieta, y se requiere para las funciones metabólicas diarias. Al suprimir su consumo se estimularía la resorción del hueso, llevando a problemas graves como la osteoporosis.
Las técnicas de imágenes más avanzadas para diagnosticar enfermedades del tracto urinario incluyen la resonancia magnética (RM), la tomografía computarizada (TC), la ecografía y la cistoscopia. Cada una de estas técnicas tiene sus propias aplicaciones en función de la condición del paciente.
La resonancia magnética se utiliza en urología para evaluar órganos como los riñones, la vejiga y la próstata. La RM multiparamétrica de próstata es especialmente útil en la detección y caracterización del cáncer de próstata.
La tomografía computarizada, comúnmente llamada Urotac, es útil en la evaluación de cálculos de las vías urinarias, así como para diagnosticar otras afecciones urológicas, como tumores u obstrucciones.
Las nuevas tecnologías en endoscopia urológica incluyen la ureteroscopia flexible, que permite la visualización y el tratamiento de cálculos y otras afecciones en el tracto urinario superior de forma mínimamente invasiva, haciendo uso de los orificios naturales sin hacer heridas. También se utilizan endoscopios con imágenes de alta definición para obtener una mejor visión de las estructuras internas del riñón.
Todas las personas pueden hacerlo, pero primero deben descartar enfermedades que no hayan comprometido el riñón o el cuerpo en general y hacer pruebas inmunológicas (permiten evaluar la compatibilidad entre las personas), las cuales son necesarias para disminuir la probabilidad de rechazar el trasplante.
Existen dos grupos de donantes:
El primero y más común incluye a las personas con diagnóstico de muerte cerebral y a su familia que permite que sus órganos sean donados (donante cadavérico).
El segundo grupo hace referencia a la donación del órgano por parte de un pariente o alguien cercano vivo y sano (donante vivo).
Todos los pacientes que son llevados a la realización de un trasplante renal requieren de tratamientos inmunosupresores encargados de disminuir sus defensas con el fin de evitar que el organismo rechace el órgano que se le ha puesto. Esto expone al paciente a un mayor riesgo de adquirir infecciones como, por ejemplo, las infecciones urinarias, infecciones pulmonares o cerebrales.
El rechazo del riñón trasplantado es una preocupación importante para las personas que han recibido un trasplante de riñón. Es crucial estar atento a los posibles signos de rechazo y comunicarnos de inmediato a los profesionales de la salud.
Algunos de los síntomas incluyen:
Disminución en la cantidad de orina
Hinchazón
Presión arterial alta
Dolor o sensibilidad en el área del trasplante
Fiebre
Retención de líquidos
Debilidad o fatiga extrema
Es bueno estar atentos a cualquier signo de alarma, pero quien define si hay o no rechazo del trasplante es el médico nefrólogo, ayudado de la toma de muestras del riñón afectado.
El seguimiento médico después de un trasplante de riñón es crucial para asegurar la salud a largo plazo del paciente. La frecuencia de las visitas de seguimiento puede variar según las necesidades individuales del paciente y la política del centro de trasplantes.
En general, los pacientes trasplantados de riñón suelen requerir un seguimiento médico bastante regular durante los primeros meses y años después del trasplante.
Inicialmente, requieren valoraciones cada semana durante los primeros meses para monitorear de cerca la función del riñón trasplantado, ajustar la medicación y abordar cualquier problema.
Posteriormente, las visitas pueden volverse mensuales o cada dos o tres meses durante el primer año.
Después del primer año, si no hay complicaciones graves, las visitas pueden ser menos frecuentes, quizás cada tres a seis meses.
La fimosis se produce cuando el orificio del prepucio, es decir, la piel que recubre la parte más periférica del pene, es demasiado estrecho. Por lo tanto, es una condición en la que el prepucio contraído o estrecho no permite su adecuada retracción sobre el glande.
A partir de los 3 a 5 años el 90% de prepucios retraen totalmente, esto es debido a la acumulación de células que se descaman y que permite que se separe el prepucio del glande de forma progresiva. Menos del 1% de los varones presenta fimosis a los 17 años.
La causa más frecuente son las infecciones del glande y el prepucio por higiene local inadecuada.
La fimosis puede ocurrir a cualquier edad. Puede ser fisiológica en el recién nacido y en el lactante. Los niños de dos años o menos pocas veces tienen fimosis verdadera, esto quiere decir que la abertura relativamente estrecha del prepucio se amplía de forma gradual y permite la retracción normal sobre el glande después de esta edad.
Los síntomas pueden incluir: inflamación, enrojecimiento y aumento en la sensibilidad del prepucio, aparición de secreción purulenta. En adolescentes y adultos puede manifestarse con incapacidad para la retracción del prepucio, dolor y desgarros con las erecciones y la actividad sexual.
La historia clínica completa y el examen físico son esenciales y suficientes para el diagnóstico.
Los corticosteroides a baja concentración pueden ser útiles en aquellos casos en los que se encuentre fimosis complaciente que no se asocie a cambios cicatriciales; estos medicamentos pueden proporcionar elasticidad y resolver la estrechez en casos seleccionados y en un período específico.
Es una intervención quirúrgica que consiste en extirpar el prepucio.
Si bien la fimosis es una de las indicaciones en casos seleccionados, otras indicaciones pueden incluir: infección de vías urinarias recurrente, retracción del prepucio por detrás del glande sin lograr retomar su posición inicial —lo cual se conoce médicamente como parafimosis—, inflamación y enrojecimiento recurrente y/o persistente del prepucio y glande.
Permite el adecuado aseo del glande, previene la parafimosis y las infecciones del tracto urinario. También podría tener relación con la disminución en el contagio de enfermedades de transmisión sexual como el VIH, virus del papiloma humano y disminución en la incidencia de cáncer de pene.
No parece afectar negativamente la función o sensibilidad del pene, así como tampoco la satisfacción y el desempeño sexual.
El pene circuncidado debe lavarse suavemente con jabones neutros, sin maniobras bruscas que generen tensión sobre la piel intervenida.
Las complicaciones agudas suelen ser poco graves e incluyen sangrado, infección o una cicatrización anormal.
Las complicaciones tardías más comunes son adherencias, puentes de piel en el área intervenida y/o aparición de quistes formados por células descamativas.
Bebés significativamente prematuros, alteraciones en la coagulación no controladas, malformaciones congénitas del pene, del escroto y/o la uretra son algunas de las contraindicaciones para el procedimiento.
Hace referencia a la dilatación de la pelvis renal, la cual se encuentra en la parte central del riñón y funciona a manera de embudo recolectando la orina producida por el riñón.
Las imágenes prenatales muestran hidronefrosis en un porcentaje de los fetos, sin embargo, en la mitad de estos casos la hidronefrosis ya ha desaparecido cuando nace el bebé.
La mayoría de los niños tendrá hidronefrosis benigna sin importancia clínica. Sin embargo, puede estar relacionada con reflujo anormal de orina de la vejiga hacia los riñones, obstrucción o implantación anormal de los uréteres, u otras anormalidades congénitas de la vejiga y/o la uretra. Por lo tanto, el seguimiento a largo plazo y la evaluación especializada se requieren en todos los casos.
El diagnóstico se basa en el empeoramiento progresivo de la dilatación o de la función renal en los exámenes seriados. Se debe prestar especial atención a los niños con hidronefrosis de ambos riñones o en aquellos que tienen un solo riñón.
Sí, la recuperación espontánea se presenta en el 50% de las dilataciones leves y en el 15% de las moderadas.
Por lo general, no es necesario. Sin embargo, las ecografías de vías urinarias y estudios imagenológicos complementarios podrían mostrar la necesidad de intervenciones invasivas o mínimamente invasivas una vez se documenta progresión de la dilatación o deterioro de la función renal.
Infección de vías urinarias, formación de cálculos urinarios e insuficiencia renal crónica.
Las causas de hidronefrosis no se pueden prevenir en la mayoría de los casos, muchas de ellas son de origen congénito. El diagnóstico precoz, oportuno y un tratamiento adecuado que permita tratar la causa reduce el riesgo de complicaciones como la insuficiencia renal.
La próstata es una glándula que hace parte del sistema reproductor del hombre, está ubicada por debajo de la vejiga; produce líquido que forma parte del semen y que ayuda a proteger los espermatozoides favoreciendo su movilidad.
Sí. Es completamente normal. Medicamente se llama agrandamiento prostático (histológicamente hiperplasia prostática). Se dice que casi todos los hombres llegarán a tener algún grado de crecimiento prostático al pasar los 40 años.
Algunos de los síntomas pueden ser:
flujo urinario débil
sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga
dificultad para iniciar la orina
urgencia al orinar
micción frecuente
levantarse varias veces en la noche a orinar
flujo urinario que se interrumpe
no poder orinar y llegar a la retención urinaria
infecciones urinarias
Aunque no todos los pacientes con hiperplasia prostática presentan síntomas urinarios, es lo más frecuente.
No, existen muchos tratamientos en la actualidad para la hiperplasia prostática. Datos importantes a tener en cuenta: el tamaño no es directamente proporcional a los síntomas, y el objetivo de los tratamientos es aliviar la sintomatología del paciente.
Con este fin existen:
medicamentos
combinación de medicamentos
procedimientos mínimamente invasivos a través de la uretra
cirugía abierta
Su urólogo, junto a usted, discutirán cuál es el mejor tratamiento para su caso en particular.
Falso.
La circuncisión se realiza en recién nacidos, niños, adolescentes, hombres adultos jóvenes y mayores. Hay 3 de cada 10 hombres circuncidados en el mundo, ya sea por motivos religiosos, médicos o estéticos. Es una práctica común en judíos y musulmanes.
No se recomienda de rutina en todos los varones recién nacidos, según la Asociación Americana de Pediatría. Los padres son informados de los beneficios y riesgos, y basados en sus preferencias culturales y personales decidirán la circuncisión en el recién nacido.
Falso.
La sensibilidad está en el glande, que queda intacto.
En los primeros 10 días luego de la cirugía, puede sentir el glande más sensible con el roce, luego no se nota diferencia en la sensación con el resto de la piel del pene.
Infección frecuente y crónica del glande (balanopostitis),
Estrechez de la abertura del prepucio (fimosis) que impida orinar y limite la erección
O cuando el paciente presenta dificultad para llevar el prepucio hacia adelante, causándole dolor e inflamación (parafimosis)
Durante las cirugías de anomalías de la uretra (hipospadia) e infecciones de vías urinarias a repetición en niños.
Depende.
Las ventajas de estar circuncidado incluyen la reducción entre un 50% y un 60% el riesgo de contraer infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y papiloma virus cuando se realiza desde niño o antes de iniciar las relaciones sexuales. En África subsahariana es de rutina como medida de la Organización Mundial de la Salud y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida.
Sin embargo, la práctica de sexo seguro que implica el uso del condón ha demostrado proteger de manera más efectiva todas las enfermedades de transmisión sexual.
Depende.
La circuncisión disminuye el riesgo de cáncer de pene y previene la acumulación de esmegma o secreción en el prepucio, pero no debe indicarse únicamente por esta causa. La higiene adecuada y cuidadosa puede mantenerse aun sin estar circuncidado, mientras haya retracción fácil del prepucio que permita la limpieza con agua y jabón suave. Cuando es imposible retraer el prepucio para la limpieza, es probable que presente fimosis y requiera circuncidarse.
Falso.
No existen pruebas de que la circuncisión disminuya el placer sexual.
La mayor zona erógena está presente en el glande y no en el prepucio. Se ha demostrado que la circuncisión NO tiene efecto sobre la erección, ni hay evidencia de que mejore la eyaculación precoz.
“Muchos hombres circuncidados manifiestan que se reduce ligeramente la sensibilidad en la zona del glande del pene”, lo que facilita un mayor control del orgasmo o eyaculación. El motivo, se asocia, a que al tener el glande sin prepucio la piel se curte o endurece un poco y esta es la causa de las diferencias de sensibilidad entre unos hombres y otros.
Pese a ello, los casos de hombres con eyaculación precoz que han sido circuncidados se presentan en un porcentaje similar a los no circuncidados. Lo que nos recuerda que en asuntos de sexo hay cuestiones subjetivas y de preferencia erótica y eso puede llevar a una percepción diferente, pero nunca debida al hecho físico concreto del hombre circuncidado.
Falso.
El conducto urinario (meato uretral) queda intacto en la cirugía.
Al contrario, cuando se presenta fimosis, el prepucio no permite la salida adecuada de orina, por lo que se acumula y distiende dentro del prepucio, hay goteo luego de orinar e irritación crónica de la orina en el glande.
Pese a ello, los casos de hombres con eyaculación precoz que han sido circuncidados se presentan en un porcentaje similar a los no circuncidados. Lo que nos recuerda que en asuntos de sexo hay cuestiones subjetivas y de preferencia erótica y eso puede llevar a una percepción diferente, pero nunca debida al hecho físico concreto del hombre circuncidado.
Falso.
Es un procedimiento seguro mientras sea realizado por un profesional idóneo, el cirujano urólogo, que puede manejar cualquier complicación quirúrgica inmediata, ya sea sangrado, infección y lesión del pene. Todas las cirugías, aunque sean ambulatorias y menores, tienen su grado de complicación. Las complicaciones menores se han reportado hasta en un 3%. Entre las complicaciones tardías reconocidas y tratadas por urólogos incluyen pene enterrado, estrechez del orificio donde orina, curvatura del pene (cuerda) y pobre apariencia estética.
Falso.
El glande en el hombre es el equivalente del clítoris en la mujer. La mutilación genital implica cortar el clítoris, a diferencia de la circuncisión, donde se preserva el glande y existen razones MÉDICAS para realizarlas.
Indigna la comparación ya que la mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos consistentes en alterar o dañar los órganos genitales femeninos por razones que NADA TIENEN QUE VER CON DECISIONES MÉDICAS. Está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas por las Naciones Unidas (6 de febrero día internacional de tolerancia cero a la MGF). Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada y constituye una forma extrema de discriminación contra mujeres y niñas. Viola sus derechos a la salud sexual y reproductiva, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
Los factores de riesgo son múltiples. El tabaquismo es el principal factor, responsable del 50% de los casos. El riesgo es mayor dependiendo de la duración e intensidad del tabaquismo. La exposición a aminas aromáticas, hidrocarburos aromáticos policíclicos e hidrocarburos clorados es el segundo factor de riesgo más importante, causando el 10% de los casos. Esa exposición ocurre principalmente en plantas donde se procesan pinturas, tintes, metales y derivados del petróleo. Otros factores como, la infección por esquistosoma y la radiación ionizante también se han relacionado. No se ha encontrado ninguna alteración genética relevante como causa, y la dieta no parece tener impacto en el desarrollo del cáncer de vejiga.
El diagnóstico se realiza mediante una biopsia de próstata, que consiste en tomar muestras de tejido prostático para su respectivo análisis histopatológico, generalmente guiado por ecografía, por vía transrectal o transperineal.
La terapia depende si la enfermedad es localizada (limitada a la próstata) o metastásica (con compromiso de otros órganos o tejidos). También influyen en el tratamiento otros factores como las enfermedades que tenga el paciente, su control y otros antecedentes.
Para la enfermedad localizada las opciones de manejo tienen intención curativa y las que tienen mayor evidencia son: la prostatectomía radical, que es una cirugía que consiste en la resección de la próstata, las vesículas seminales y puede o no ir acompañada de la remoción de los ganglios linfáticos pélvicos o linfadenectomía pélvica. La otra opción disponible es la radioterapia a la próstata, que consiste en una terapia que se realiza en varias sesiones y puede estar asociada o no a la administración de un tratamiento hormonal de tiempo variable.
Para la enfermedad metastásica el pilar del tratamiento incluye una terapia que genera un bloqueo hormonal que disminuye los niveles de testosterona en sangre, este bloqueo puede realizarse mediante la administración de un medicamento inyectado en dosis que pueden ser mensuales, trimestrales o semestrales, o mediante la extracción quirúrgica de los testículos. Este tratamiento se puede acompañar de otros medicamentos orales que complementen el efecto hormonal, y se dan diariamente con la finalidad de controlar la enfermedad.
El tumor de testículo es la patología maligna más frecuente del adolescente y del adulto joven, y presenta su mayor incidencia entre los 20 y 40 años. Sin embargo, se puede presentar desde el recién nacido hasta el adulto mayor.
Se manifiesta como un aumento de volumen y/o de consistencia testicular indolora, poco sensible o con sensación de testículo “pesado”. Ocasionalmente, también se puede presentar con dolor testicular agudo por infarto del tumor.
El examen de inicial para el diagnóstico es la ecografía testicular.
Constituye una de las patologías malignas de mejor pronóstico, con alta tasa de cura, dada su excelente respuesta a la cirugía (extracción del testículo enfermo y, a veces, de los ganglios abdominales), asociada en algunas oportunidades dependiendo del grado de avance y del tipo de tumor a radioterapia o quimioterapia.
La extracción del testículo, que se hace de regla y en cuanto se sospecha la enfermedad, no produce secuelas desde el punto de vista de la sexualidad y sólo ocasionalmente la fertilidad puede verse disminuida a raíz de los tratamientos complementarios. La mejor respuesta al tratamiento va a depender de la precocidad del diagnóstico, por lo tanto, es importante que los padres, así como los médicos, creen conciencia en los adolescentes de autopalparse los testículos en busca de cambios de forma, tamaño o consistencia para consultar al urólogo sin demora en caso de pesquisar alguna de estas alteraciones.
Una estrechez o estenosis uretral es una cicatriz que reduce el diámetro del conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia afuera del cuerpo (uretra). Una estrechez o estenosis obstruye el flujo de orina desde la vejiga y esto puede derivar en diferentes complicaciones para el tracto urinario tales como: retención urinaria, infecciones urinarias, cálculos en la vejiga, síntomas del vaciamiento y almacenamiento de la orina (orinar muy frecuentemente, levantarse en la noche a orinar, goteo, incontinencia urinaria entre otros) en los casos más severos se puede afectar el funcionamiento de los riñones si no se tratan a tiempo.
Procedimientos de diagnóstico o cirugías que impliquen el paso de instrumental a través del conducto de la uretra, el uso de catéteres (sondas) intermitentes o permanentes a través de la uretra para drenar la orina, traumatismos como golpes directos en el área genital o fracturas de la pelvis, cirugías para el tratamiento de enfermedades de la próstata como el cáncer o el crecimiento benigno, infecciones de transmisión sexual, radioterapia dirigida a los órganos pélvicos.
Una vez el médico tiene identificado la anatomía perfecta de la estrechez (localización, medida y causas), puede generar un plan de tratamiento para el paciente. Hasta hace algún tiempo los pacientes con estrechez de la uretra eran sometidos por períodos prolongados a la realización de dilataciones periódicas de la uretra, lo cual proveía solo de un alivio momentáneo, siendo además un procedimiento extremadamente doloroso. Hoy en día sabemos que la estrechez uretral requiere de tratamientos que implican técnicas de reconstrucción complejas en algunos casos, y otras veces, tratamientos más simples por vía endoscópica.
VPH significa “virus del papiloma humano”. Es la infección sexualmente transmitida más común que existe. Por lo general, el VPH es inofensivo y desaparece espontáneamente, pero algunos tipos pueden provocar verrugas genitales o cáncer. Existen más de 200 tipos de virus del papiloma humano (VPH). Alrededor de 40 tipos pueden infectar tu área genital (tu vulva, vagina, cuello uterino, recto, ano, pene y escroto) así como tu boca y garganta. Estos tipos de VPH se propagan durante el contacto sexual. (Otros tipos de VPH causan verrugas comunes, como las verrugas de las manos y las plantas de los pies, pero no se transmiten sexualmente).
Las infecciones genitales por VPH son muy comunes. De hecho, casi todas las personas sexualmente activas se contagian con el VPH en algún momento de su vida. La mayoría de las personas con VPH NO TIENEN SÍNTOMAS y se sienten perfectamente bien, por lo que generalmente ni siquiera saben que están infectadas.
Como siempre, la mejor manera de asegurarse de no contraer una enfermedad de transmisión sexual como el VPH es evitando el contacto sexual con otra persona, lo cual incluye sexo vaginal, anal, oral y cualquier otro tipo de contacto genital.
Sin embargo, la mayoría de las personas tienen relaciones sexuales en algún momento de sus vidas. Si tienes una vida sexual activa, hay ciertas cosas que puedes hacer para reducir las probabilidades de contagiarte o transmitir el VPH:
• Vacúnate contra el VPH.
• Usa condones y/o barreras de látex bucales cada vez que tengas sexo vaginal, anal u oral. Si bien los condones y las barreras de látex bucales no son tan eficaces para prevenir infecciones por el VPH como lo son contra otras ETS, como la clamidia y el VIH, tener sexo más seguro puede disminuir la probabilidad de contagio del VPH.
El virus del papiloma humano (VPH) es una de las ETS más comunes, de modo que es un gran alivio saber que las vacunas te protegerán contra algunos tipos de VPH que pueden causar problemas.
Existen tres marcas de la vacuna contra el VPH: Gardasil, Gardasil 9 y Cervarix. Todas estas vacunas protegen contra los tipos 16 y 18 del VPH - los dos tipos que causan el 70% de los casos de cáncer cervical. Gardasil también te protege de los tipos 6 y 11, que causan el 90% de verrugas genitales. La Gardasil 9 también protege contra otros cinco tipos de VPH (tipos 31, 33, 45, 52 y 58) que también pueden resultar en cáncer de cuello uterino, ano, vulva, o vagina.
La edad ideal, entre 9 y 14 años, y antes de iniciar las relaciones sexuales. Si pasa de esa edad y ya has tenido relaciones sexuales puedes ponértela hasta los 45 años.
Las investigaciones indican que la vacuna es segura. El efecto secundario más común es tener dolor y enrojecimiento temporal en el lugar de la aplicación. Una de las razones por las que la vacuna contra el VPH es controversial es porque previene una enfermedad de transmisión sexual, lo que hace que mucha gente piense que no es apropiada para niños. La cuestión es que la vacuna funciona mejor si se la aplica mucho antes de que la persona comience a tener una vida sexual activa. Por ello, es aconsejable que te la apliques mientras eres chico para no tener que preocuparte de ciertos tipos de cáncer más adelante.
Los estudios demuestran que la vacuna contra el VPH no lleva a las personas a tener más sexo o a tener relaciones sexuales a una edad más temprana. Por lo tanto, la aplicación de la vacuna contra el VPH no alienta a los niños a tener sexo. Lo único que hace es brindarles protección contra las verrugas genitales y el cáncer cuando sean adultos.
¿Qué es la infección de vías urinarias?
Es la presencia de bacterias patógenas u hongos en el tracto urinario.
¿Es frecuente la infección de vías urinarias?
Es uno de los motivos de consulta más frecuentes en la edad pediátrica y la infección bacteriana más común en recién nacidos con fiebre. La incidencia de infección de vías urinarias en el recién nacido es de 0.1 al 2% y asciende hasta el 20% en prematuros.
¿Qué bacterias generan la infección?
En recién nacidos a término la Escherichia coli es el patógeno bacteriano más común, seguido de Klebsiella, Proteus y Enterobacter. En recién nacidos prematuros Klebsiella, Staphylococcus y Candida suelen ser los agentes más frecuentes.
¿Qué factores se asocian con la infección de vías urinarias?
Una gran variedad de factores de riesgo se ha descrito, entre ellos se encuentran:
Alteración de la función vesical normal tal como ocurre en pacientes con enfermedades neurológicas.
Historia de cirugía o procedimientos recientes en el aparato urinario.
Uso de sondas o catéteres en la vía urinaria.
Los varones no circuncidados tienen incremento de 10 veces en el riesgo de infección de vías urinarias debido a la adherencia de bacterias a la mucosa del prepucio.
Parto prematuro.
Inmunosupresión.
Anomalías congénitas de los riñones y de las vías urinarias.
¿Cuáles son los síntomas?
En niños los síntomas pueden ser muy inespecíficos tales como fiebre, somnolencia, irritabilidad, pérdida del apetito, vómito, coloración amarilla de las mucosas, deposiciones de consistencia líquida, retraso en el crecimiento y/o fiebre.
¿Qué exámenes se realizan para diagnosticar la infección?
Uroanálisis, gram de orina y urocultivo son exámenes confirmatorios.
Algunos de los exámenes complementarios incluyen cuadro hemático, hemocultivos, creatinina sérica y proteína C reactiva.
Exámenes adicionales pueden solicitarse según el caso específico.
¿Qué antibióticos le pueden poner a mi hijo?
En neonatos puede ser necesario el tratamiento inicial con antibióticos intravenosos de amplio espectro con una duración del tratamiento de 10 a 14 días. Deben tomarse en cuenta los patrones locales de resistencia para escoger la mejor opción y se sugiere el inicio precoz de tratamiento antibiótico con el fin de evitar la formación de cicatrices renales.
¿Es necesario tomar imágenes?
La ecografía renal y de vías urinarias permite evaluar de manera inicial y adecuada la anatomía de los riñones y las vías urinarias.
Estudios complementarios como la cistouretrografía miccional, la resonancia nuclear magnética de vías urinarias con detalle anatómico, el renograma con diuréticos, así como imágenes de la columna lumbosacra pueden ser requeridos en casos seleccionados.
¿Es necesario administrar antibiótico para evitar la infección?
El uso de antibióticos profilácticos o preventivos puede ser necesario en casos específicos tales como la dilatación de las vías urinarias o hidronefrosis moderada o grave, reflujo de orina anormal de la vejiga hacia el riñón y malformaciones congénitas como las válvulas uretrales.
¿Existen otras maneras para evitar las infecciones urinarias?
Se recomienda un adecuado aseo genital y del glande, consumo de líquidos orales frecuente, evacuación urinaria a tiempo, completa y relajada, y manejo del estreñimiento.